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Jette invitó a Mathias Becker para que hiciera de huésped de honor. El médico era de los que nunca rechazaban una invitación a comer, y aceptó con gusto. Joseph lo condujo a la mejor mesa del local.
-Este sitio es precioso -le dijo a mi padre al sentarse-. Me muero de ganas por ver la carta.
-Bueno, no tenemos carta -dijo Joseph.
-¿Qué no hay carta? ¿Cómo podéis tener un restaurante sin carta?
-Puede elegir entre dos platos -explicó Joseph.
-¿Solo dos? -dijo el doctor Becker, decepcionado.
-Tenemos o chuletas de cerdo con chucrut, o jambalaya y muffins de maíz con jalapeño.